Aunque en el fútbol base la formación debería primar por
encima de todo, en muchas ocasiones no es así, se intenta ganar si o si, sin
argumentos, creando robots y no jugadores de fútbol. De esta manera se
recogerán frutos pronto, de mala calidad, sin base, sin fundamentos de peso,
pero al fin y al cabo pronto y de esta manera van a contentar a ciertos clubes,
coordinadores y presidentes, a la vez que van a ensalzar su ego, creyendo que
son mejores entrenadores o formadores porque sus jugadores consiguen un sinfín de
victorias. Por desgracia no todo lo que reluce es oro. Recogiendo los frutos a
corto plazo y marcando ciertos objetivos en un corto período de tiempo, lo único
que vamos a conseguir es una mala formación, una base de baja calidad, por lo
que en un futuro no muy lejano, esos jugadores que antes eran los ganadores,
los que a ojos de su entrenador funcionaban a la perfección y tenían unos dotes
por encima del resto, se van a ver mermados y van a verse sobrepasados por
jugadores con buena base, en definitiva, sus cimientos empezarán a verse
perjudicados.
Después de esta pequeña reflexión, voy a dar mi opinión
acerca de los partidos y entrenamientos, los objetivos que como formador busco
y creo que deberíamos buscar las personas que nos dedicamos a esto y nos gusta
formar a niños y jóvenes.
Durante la sesión de
entrenamiento:
Antes de empezar una sesión de entrenamiento, debemos tener
muy claros los conceptos a trabajar –más vale trabajar solo un concepto con
calidad que trabajar tres con baja calidad-. También debemos tener en cuenta
las posibles bajas de jugadores, la superficie aprovechable, material… Una vez
tengamos claro este primer apartado, podremos empezar a trabajar con ciertas
garantías y plantearnos objetivos durante las sesiones.
Como objetivo primordial, busco que mis jugadores piensen y
consigan actuar de manera libre, en definitiva conseguir una buena toma de decisiones,
evitando crear “robots teledirigidos” por un entrenador que les resuelve todo
tipo de situaciones sin dejar que el jugador experimente. Obviamente los
equipos deben tener automatismos en sus sistemas de juego, pero este trabajo no
debe eclipsar la libertad de actuación de los futbolistas. Debemos potenciar el
error, que piensen, que exploren y que consigan encontrar soluciones a los
problemas planteados –que en definitiva es nuestra tarea-. En ningún caso busco
que los ejercicios salgan perfectos –ni mucho menos-, si la tasa de errores es
más grande, es que los jugadores intentan cosas nuevas, que innovan y que a la
vez aprenden.
Para valorar si los conceptos trabajados durante la sesión,
han sido aprendidos de manera correcta, deberemos tener en cuenta varios
factores:
- Nivel del ejercicio
- Nivel del concepto
- Momento de la temporada en el que se plantea el ejercicio
- Repeticiones llevadas a cabo
Todos los factores que pueden alterar el resultado, deben
analizarse de manera colectiva e individual, ya que en ciertos ejercicios, posiblemente
no todos los jugadores los van a entender a la primera ni los van a desarrollar
bien a la primera, por lo que deberemos incidir más de dos y tres veces, igual
que deberemos ir incrementando el nivel y posteriormente traspasarlo a una
tarea lo más real posible, para finalmente analizar los partidos y ver si con
un rival real se desarrollan correctamente.
En los partidos hay
tres objetivos:
Resultado: Aunque debe primar la formación por encima
de un resultado y la valoración de un partido nunca la haré basándome en un
resultado, es una realidad que dentro de la formación, hay un apartado que es
el de ser competitivos, el de potenciar esa faceta del deporte, el espíritu de
competir al máximo nivel. Tenemos que intentar que el jugador se supere, que el
equipo se supere y que a la vez nuestro equipo supere al rival. Siempre siendo
realistas con el potencial de nuestros jugadores.
Fundamentos trabajados durante la semana y/o tramo de tiempo
determinado: En este apartado, vamos a valorar el juego del equipo, como se
han aplicado los conceptos trabajados durante las sesiones. Debemos realizar un
enfoque más técnico – táctico, no solo a nivel colectivo sino también de manera
individual. Realizando este proceso, podremos valorar si se han adquirido de
manera correcta ciertos fundamentos y si se deben volver a repetir o aumentar
la dificultad de estos para afianzarlos.
Objetivos añadidos antes del partido: Este apartado es para mí, uno de los importantes. Por
ejemplo, podríamos dar importancia a no encajar goles durante un partido o
durante un tramo del partido –iría bien en partidos donde nuestro equipo será
muy superior al rival, de esta manera, fomentamos la concentración-. También
podríamos hacer hincapié por posiciones e incluso de manera individual.
Igual que en los entrenamientos hay factores que pueden
alterar los resultados, en los partidos también sucede:
- Nivel del rival
- Momento de la temporada
- Anchura y alargada del terreno de juego
- Posibles inclemencias del tiempo (lluvia, viento…)
Está claro que éste, es un artículo des de un
punto de vista personal, cada formador tendrá sus modos de trabajo y actuará en
consecuencia a ellos. Con esto, simplemente quiero dar a conocer una forma de
trabajo, totalmente aplicable a cualquier formador.